En una buena clase de acondicionamiento físico debemos combinar el trabajo cardiovascular con la tonificación y fuerza física, terminando siempre con estiramientos.
En las clases de acondicionamiento físico es fundamental adaptarse a las necesidades, características y gustos de las personas que participan.
Tras muchos meses de confinamiento y restricciones de movilidad, la gente está deseosa de hacer ejercicio y ponerse en forma. Cuando terminó la primera ola del coronavirus en España mucha gente se echó a las calles a correr y hacer deporte por primera vez, lo que provocó muchas lesiones debidas a un sobreesfuerzo, un calentamiento incorrecto o una mala ejecución. Y es que hacer deporte requiere técnica y conocimiento, lo que ha provocado que en los últimos años cada vez haya más formaciones especializadas en este sentido. La formación deportiva es necesaria para poder planear y realizar rutinas y clases de acondicionamiento, lo que resultará muy útil para la persona docente y para su alumnado.
Actualmente es posible formarse para ser TSAF (Técnico/a en Acondicionamiento Físico), una titulación que se requiere para trabajar en gimnasios, salas de entrenamiento, box, grupos de entrenamiento... Esta especialización aporta conocimientos sobre Actividades Dirigidas, Soporte Musical, Control Postural o Hidrocrinesia.
También se aprenderán métodos básicos para una clase de acondicionamiento físico. A la hora de preparar este tipo de clases, lo más importante es empezar por decidir cuáles son los objetivos que se quieren alcanzar con la actividad, para lo que tendremos que tener en cuenta el perfil de las personas que asisten a la clase. La rutina debe ser equilibrada, comenzando poco a poco y avanzando lentamente hacia ejercicios más duros y complicados. Es muy importante supervisar que todas las personas que participan en la clase realizan los ejercicios correctamente para no lesionarse ni forzar ningún músculo.
Para que la actividad sea amena y productiva es fundamental interactuar con el alumnado, acompañarlo de música adaptada a sus gustos e ir variando las rutinas entre una clase y otra. Así, el acondicionamiento físico no debe verse como una obligación sino como una actividad de ocio y una inversión para nuestro cuerpo y nuestra mente. En estos momentos en los que una gran parte de la población vive con estrés e incluso ansiedad debido a la pandemia, realizar una correcta actividad deportiva puede suponer una gran vía de escape y ofrecer grandes mejoras en este sentido.
Lo ideal en las clases de acondicionamiento físico es combinar el trabajo cardiovascular, que podremos realizar durante 20 o 25 minutos con la tonificación y fuerza muscular, que durará otros 20 minutos. Por último es muy importante terminar la rutina con estiramientos para evitar no solo agujetas sino también lesiones o contracturas.
Podemos también recomendar a quienes asistan que continúen con las rutinas deportivas en su casa, y por supuesto acompañarlo de un descanso suficiente y una correcta alimentación. Es fundamental inculcar que una vida sana es algo global y transversal a la actividad deportiva, y que si conseguimos llevarla a cabo tendremos una mejor salud física y mental.